miércoles, 29 de julio de 2009
Mi Proyecto de Graduación
Durante muchos años, la Universidad ha sido una entidad lejana a la realidad de nuestros paises, en tanto que no se involucra directamente con los problemas de nuestra sociedad, sólo los observa desde afuera y trata de formar personas que posteriormente saldrán de la institución a dar solución a los problemas.
Pero esto de crear vínculos entre la Universidad y la Comunidad es un nuevo paradigma, ya que existen actualmente algunas universidades que de una u otra forma estan tratando de involucrar el Desarrollo Comunitario como parte de su currículum académico pero de una forma activa, es decir, que los estudiantes puedan participar activamente de los problemas durante su proceso de formación.
Alrededor de este ejericicio surgen distintas interrogantes: ¿Es la Comunidad un Laboratorio donde los estudiantes llegan a tomar datos y vuelven a sus aulas sin dar ninguna solución a los problemas que vive la Comunidad?, ¿Qué beneficios puede obtener la comunidad de la Universidad, o la Universidad de la Comunidad? , ¿Cómo se pueden crear estas alianzas para que sean estratégias de desarrollo?.
Existen muy pocos trabajos al respecto, y justamente mi Proyecto de Graduación consiste en conocer qué estan haciendo otras Universidad al respecto. Hemos escogido 6 universidad de América: Universidad Politécnica Zamorano, Universidad Autónoma de Honduras, Universidad Nacional (Costa Rica), Escuela Politécnica Nacional (Ecuador), U. de Guadalajara (México) y Cal Poly (EU).
Actualmente estamos recopilando la información de los proyectos comunitarios que realiza nuestra Universidad EARTH, y esperamos, poder crear una red de universidades que trabajen el Desarrollo Comunitario como una estrategia de educación y de beneficio para la comunidad.
lunes, 29 de diciembre de 2008
Nicaragua tiene un corazón grandote
Así fue Nicaragua, tan sangrientamente dulce, como decía un amigo. Nicaragua es un país de contrastes, donde la alegría de vivir juntos, muy juntos y muchos, se contrapone a un estómago vacío. Hay hambre, pero hay solidaridad.
Después de 16 semanas, de internarme en las comunidades rurales, compartir y participar de la vida de sus habitantes, aprendí que la vida es mucho más sencilla de como yo la conocía. Levantarse a las 4 de la mañana a palmear tortillas, ir al campo a cosechar café, apiar unas frutas del naranjal y comerme un banano bajo la sombra del chaguite...eso es mi Nicaragua.
Espero volver algún día, para visitar y recorrer nuevamente los campos, las calles de Managua, pero sobre todo, para introducirme nuevamente en esos ojos que cautivaron mi alma y alborotaron mis pensamientos...
martes, 21 de octubre de 2008
Hornear pan, una forma de vida
A 7 km de la ciudad de Matagalpa, Nicaragua, en la comunidad de “El Carrizo”, vive doña Gregoria mejor conocida por los vecinos como doña Goya. Esta mujer de 72 años dio a luz a 2 hijas y a un hijo que le lleva la delantera, porque ya falleció. Doña Goya vive en su casa con su esposo, una de sus hijas, su yerno y tres nietos. Es socia ya dos años de la Cooperativa de Servicios Múltiples Tres Pinos R.L., que nació por iniciativa de los miembros de la comunidad apoyados por los proyectos de ADDAC, la Asociación para la Diversificación y Desarrollo Agrícola Comunal.
Cuenta que se involucró a los proyectos de ADDAC desde hace 6 años. Al inicio, antes de que iniciara la Cooperativa, ADDAC hacía los préstamos y doña Goya le servía de garante a su yerno para que sacara el préstamo, ya sea poniendo como prenda el fierro de los animales o las escrituras del terreno y de la casa.
Los primeros préstamos fueron de C$ 5.000 y C$8.000, “siempre y todo el tiempo hemos pagado a nombre de mi yerno; en otros proyectos los intereses son mayores y en ADDAC son muy buenas las ayudas, el plazo que esperan para pagar la deuda es una gran ayuda. Eso lo considero lo más importante, ellos no nos van a embargar la propiedad”, dice doña Goya.
Los préstamos servían para que su yerno y su esposo sembraran maíz y fríjol, pero la señora Goya tiene su propia actividad microempresarial: se ha dedicado a hornear pan. La historia se remonta por ahí de los años 1988. Inicia a partir de la muerte de su hijo que dejó una esposa viuda y tres niños huérfanos. Entonces, doña Goya con su gran corazón, buscó un medio para sostener a esta familia y ayudar a su nuera. Decide ponerse a vender cualquier cosa que se pueda. Cosechaba maracuyá de unos palitos que tenía en el patio, vendía los huevos de las gallinas que habían en casa y... hornaba pan. La nuera de doña Goya tenía una propiedad que estaba a cargo de un campesino. Transcurrido un tiempo, la nuera se fue, junto con dos de sus hijos a vivir de la agricultura en su terrenito, sembrando a medias con el campesino que la cuidaba mientras que Doña Goya se quedó con el tercero de sus nietos y con la “maña” de hornar el pan, después de tantos años, doña Goya dice: “ahora, aunque ya no esté mi nuera, si no horneo, me siento afligida”.
Cuando era jóven, su abuela fue quien le enseñó a hacer bizcotelas, pan y otros manjares, pero en ese tiempo, cuenta doña Goya, “ no tenía clientela a donde ir a entregar y tanteaba ahí a venderlo por el camino, subida en un caballo que recién se murió y que me había dejado mi hijo. ¡Tanto que me sirvió ese caballo, más de 20 años!-exclama-. Yo me iba a las escuelas y colegios, a la hora del recreo a vender por allá por Llano Grande. Los estudiantes ya me conocían - ¡véngase véngase para acá!- me gritaban, entonces les vendía a C$2 y C$3 las bizcotelas. Ahora voy a Matagalpa y vendo cada ocho días en “La Antorcha” la venta de ADDAC, en la pulpería San Jerónimo y lo que me sobra al señor y la señora Ángel en Guanuca. A la gente le gusta mi pan, dicen que es bueno pero no me da para abastecerlo y antes de regresar a casa el día de repartir el pan, me quedo en Guanuca comprando el quintal de harina, de azúcar, de margarina y la cajona de manteca para la siguiente hornada”, recuerda doña Goya.
En cada hornada ocupa 17 libras de harina, 1 libra de manteca, 2 libras de margarina NUMAR, 6 libras de azúcar y 3 docenas de huevos. El día que hornea comienza desde las 9 de la mañana y termina como a las 6 de la tarde. Su hija, que vive con ella, le ayuda a hacer el pan en el horno de leña y nos pusimo a sacar cuentas de cuánto ganaba de utilidad neta, “yo saco C$700 cada semana de lo que vendo el pan”, decía antes de que iniciemos el cálculo. A la utilidad de la venta le restamos el costo de los insumos, las horas de trabajo de ella y de su hija y el pasaje del bus para ir a Matagalpa a vender el pan. Los C$700 de ganancia se hicieron C$220. Cuando se dio cuenta, doña Goya comenta: “bueno, por lo menos me como tranquila ese pan, si no gano dinero más que sea me doy el gusto. Yo siempre dejo pan para aquí la casa y a mis nietos les hace falta. Cuando horno guardo hasta el domingo”, termina.
Cuando le pregunto sobre sus nietos, ella me dice que una sus nietas atiende en la pulpería de la Cooperativa y estudia Pedagogía en Matagalpa los sábados, y dice: “esta bueno que ella estudie para que no horne pan”, concluye.
jueves, 18 de septiembre de 2008
Pasantía en desarrollo rural campesino
domingo, 8 de julio de 2007
La oscuridad del corazón
Somos lo que leemos, y como a muchos de nosotros, los libros influencian y enriquecen nuestros pensamientos. Este libro trasciende lo superficial. Estaba yo sumergida en un mundo de externalidades cuando apareció este libro, que ha sido mi salvación. Intenta descifrar qué es lo que existe detrás del comportamiento humano, detrás de esa hambre por destruír, dominar, enriquecerse, qué es lo que nos lleva a desarrollar este comportamiento. La pregunta es ¿es nuestra naturaleza?. El ser humano, como lo conocemos hoy, siempre estará buscando aprovecharse de algún recurso natural para su propio beneficio, explotarlo hasta llegar al punto de su extinción. En The Heart of darkness es el marfil de los elefantes del Congo (áfrica) el material precioso que despierta la avaricia, en nuestros días es el oro negro. En su travesía, Mudrow -un marino de altamar quien narra la historia- conforme se va adentrando en los confines africanos él va internalizandose en sus pensamientos e intentando descifrar los motivos de la naturaleza destructiva de los humanos. Lo que realmente me hizo reflexionar y despertó mi especial interés fue la oscuridad. El imaginar o suponer que hay un mundo de oscuridad dentro de nosotros, vedado para la mayoría de las personas, casi indescifrable, pero una vez que entras y lo entiendes, las fuerzas que en él interactúan se pelearán por tu pertenencia. Ahí la pregunta no será qué te pertence, sino a quién perteneces...
jueves, 10 de mayo de 2007
Un trimestre de espectativas
El día de ayer tuve una conversación con Pablo, un amigo que conduce al grupo agroecológico del que formo parte. Reflexionamos mucho acerca de la vida, el materialismo, las cosas importantes, los valores, la familia, si casarse en estos tiempos vale la pena o no, entre muchas otras cosas. Lo curioso fue que la plática comenzó con una exposición por parte de él de la "Flor de la Vida", un libro que es está actualmente leyendo, nos condujo a una reflexión acerca de conocimientos del orígen y el sentido espiritual de la vida, la sabiduría de nuestros ancestros que poco a poco se han ido perdiendo y nos hemos transformado en lo que somos, una sociedad decadente, sin valores, materialista. Entonces es un problema de fondo, de forma, me sorprendió cómo partiendo de ideas atómicas terminamos en valores sociales. Poco a poco, en las siguientes publicaciones iré describiendo mis descubrimientos acerca del tema, que realmente son cosas que merecen nuestra atención y reflexión.
domingo, 6 de mayo de 2007
Cruzar el río..todo un desafío
El segundo día fuimos a las cascadas de la finca, el día fue perfecto, yo no me metí al agua porque estaba un poco enferma, pero el resto del grupo, que éramos 13, sí se metió. Son unas cascadas preciosas, ubicadas en medio de una flora y fauna muy diversas, uno se siente sobrecogido al ver tanta maravilla natural.
Al tercer día decidimos ir de nuevo a las cascadas, pero no a las mismas, sino a una que quedaba ubicada cruzando el Río Oro. Caminamos por largo rato en la montaña hasta llegar a una poza de agua y una cascada, todo muy privado y especial. El agua era fría, pero no nos importó. Cuando estábamos nadando como peces en el agua empezó a llover y nos refugiamos bajo unos árboles. Pero eso no fue suficiente para evitar que todo lo que llevábamos se mojara. Mientras esperábamos a que el resto del grupo volviera de la cascada llovía torrencialmente. Cuando porfin estuvo el grupo reunido empezamos el descenso. Teníamos miedo de que emerga una cabeza de agua, que es un deslizamiento de tierra por la presión de agua que llega de los campos y es muy peligroso porque si cae encima tuyo, puedes morir. En fin, corríamos por los charcos de lluvia, felices, sin siquiera imaginarnos la desgracia que nos esperaba. Llegamos al río y todos nos quedamos estupefactos al ver cuánto había crecido éste. Se nos ocurrieron todo tipo de formas de cruzar, pero el río se veía furioso y fuerte, por mi mente solo cruzaban las imágenes del programa de rescate 911 dónde la gente ahogada o arrasada por las crecidas de los ríos. María Pia una de mis amigas estaba temblando, ella pensaba que nos híbamos a morir porque teníamos todos mucho frío y ella tiene tendencia a la hipotermia. En un momento intentamos cruzar con otras dos amigas el río y logramos llegar hasta la mitada, pero la otra mitad fue imposible, el río crecía cada vez más y más y nos veíamos ante un juego, una ruleta rusa, podíamos vivir o morir, había el 50% de posibilidades, pocas veces en la vida me he sentido tan impotente. Entré en desesperación y grité, como pocas veces, mis compañeros me dijeron que me calme y no tuve otra que tragarme la rabia y la impotencia que sentía. Un señor nos dijo que podíamos ir a su casa para calentarnos y protegernos de la lluvia. Así que congelados y empapados fuimos a su casa. Que al menos tenía techo pero estaba inundada. No podíamos creer las condiciones en las que vivía ese señor. Era tan pobre¡ y con una amiga alcanzamos a ver que había una niña con sídrome de Down acurrucada en una cama, con una gotera en el techo, la niña no hablaba, tenía 10 años, se me comprimió el corazón de verla ahí, abandonada, desprotegida, impotente. El señor nos dijo que si nadie le daba de comer, se moría de hambre, porque además era inválida y que no hablaba. El señor era viejo y parecía amargado. Me pregunto ¿cuál será el destino es esa criatura olvidada por Dios?, no lo sé. Esperamos poder volver con el grupo para ayudar a esa familia y construirles una casa con bamboo para que ya no tengan que vivir inundados. Después de estar con las manos frenta a un fogón que casi no calentaba por media hora mas o menos, llegó uno de los trabajadores de la finca con la buena noticia de que habían venido a nuestro rescate otros trabajadores con unas sogas y un carro. Con el frío que teníamos tuvimos que salir nuevamente a la lluvia, yo bajé abrazada con mi amiga Daisy para transmitirnos un poco de calor. Al llegar vimos que el caudal del río había bajado, cruzamos con una cuerda y nos sentimos tan contentos al llegar sanos y salvos a la otra orilla que todos reían y nos abrazábamos. De regreso a casa de Ginee y Phil contamos nuestra historia y ahogamos el frío y el susto con una buena cena y entre risas y anécdotas prometimos hacer algo por esa familia que tiene que vivir tan alejada de una vida descente.